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-En el asilo-


“El Coronel Gerineldo Márquez, quien había escapado a tres atentados, sobrevivido a cinco heridas y resultado ileso en incontables batallas, se vio cercado por el indomable tiempo y se hundió en la derrota miserable de la vejez.” Gabriel García Márquez en Cien años de soledad

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“Po Po licia nacional”, se escucha en el asilo San Vicente de Paul, donde vive Arnulfo con 75 ancianos más. No tiene arrugas. Su piel negra contrasta con su cabello blanco. Nació en Chocó en el corregimiento de Mina, pero vivía en Cali porque llegó el chisme de que allá había trabajo. Es toda una enciclopedia de las novelas trasmitidas  por la televisión colombiana, “La tormenta”, “El secreto de Feriha” y “Fatmagul”, son de las que más habla. A veces no las puede ver porque nadie lo lleva a la sala de televisión, entonces le prenden su radio, amarrado siempre de su mano, a todo volumen.


La madera se va tornando de otro color igual que las baldosas, cada una de ellas verdes y amarillas, relucían cuando fueron puestas en 1940. Las grietas aumentaron con cada año; el asilo fue envejeciendo al igual que los ancianos.


Los asilos de Popayán se encuentran en crisis tras la exoneración del pago a la estampilla pro-adulto mayor a empresas descentralizadas tales como EMTEL SA-ESP, Hospital San José y Empresa de Acueducto y Alcantarillado. Este acuerdo fue aprobado a finales del 2011.

¡¿Tarjeta militar?!


Son las 4:00 a.m. hora de bañarse con agua fría en la capital colombiana. Hay cientos de pares de botas pisando el suelo, negras y lustradas que desordenan la tierra a su paso, todas ellas a un mismo son, derecha izquierda, derecha izquierda, Uno dos, uno  dos. La marcha es enunciada por las filas de hombres rapados con el arma y el camuflado bien puestos, en el batallón número uno del ejército nacional colombiano de 1978. Él estuvo dentro dos años, a la edad de 28, la máxima para prestar servicio militar. Lo llevaron en un camión del ejercito desde la capital salsera a Bogotá, para cumplir con lo dicho en el artículo 216 de la constitución: “obligado a tomar las armas para defender la independencia nacional”.


“Amor prohibido murmuran por  las calles, porque somos de distintas sociedades”, “a mí sí me gustó ir al ejército, me hubiera quedado allí”, dice mientras suena la radio. “Oh, oh baby, aunque soy pobre, todo esto que te doy, vale más que el dinero”.


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